El viento blanco

El viento blanco

El viento frío del invierno esa tarde llegó.
Llegó como todo lo que tiene que llegar,
Sin más ni menos
Y sin titubear.

El viento frío poquito a poco se pintó de blanco y por un momento fue mi alegría.
Brotó en mi cara una sonrisa sorprendida y gradual,
La sonrisa de una niña que, al ver la nieve, regalé a todo transeunte que por esa ventana pasaba.
Esa sonrisa que ellos absorbían en sus rostros y la transmitian a quienes los miraban.

Las sonrisas, aunque lo sean menos, son contagiosas como los bostezos.
Uno se pregunta por qué, pero así es...
Al ver que los pasantes sonreían...uno tras otro a efecto dominó, supuse que mi buena acción por hoy había sido cumplida. Aunque solo una fuera.

Procedí entonces a subir a los pisos más altos de la casa donde yo vivía.
Subí y subí hasta el ático, donde podía ver mejor los cielos bendecir la tierra con agua blanca bendita.
La nieve mágica bajaba a nuestros hogares pero decendía verticalmente por la corriente de aire que la transportaba.
Pasaba en frente mío como un desfile de copos de nieves, uno más precioso que el otro.
Y entre esos cristales vi aparecer imágenes...

Eran imágenes de mi vida.
De mi infancia más que nada.
Me mostraban lo que era, cómo era y cómo jugaba.
Era el desfile de mi vida en frente a mí entre copos blancos de nieve.

Era completamente surrealista pero real.
Todo era cierto. Todo lo que había vivido.
Y me hizo entender el momento en que perdí el camino.
Me mostró dónde fallé,
Dónde me traicioné a mí misma y a mis sueños.

Me había dejado olvidada un día jugando al escondite...
Algo más bonito y curioso me había distraído y tomé otro camino.
Y como éste era tan diferente y divertido, me olvidé de mí misma.
Se me olvidó regresar a buscarme,
Y me quedé en el escondite por años y años...

Sin embargo...ese día el mágico viento blanco me llevó a mí,
Nuevamente.
=D

Con mucho cariño,
Swan ©